Una epidemia digital
El sector publicitario es uno de los más sensibles a las situaciones de incertidumbre, ya sea desde el ámbito económico, como desde el político o social. La crisis del 2008 lo demostró de forma incontestable y la situación actual ante la alerta mundial por Coronavirus lo está ratificando.
No es solo el varapalo a la disciplina de eventos debido a las cancelaciones o aplazamientos de todo tipo de espectáculos, congresos y reuniones, sino al sector en general, ya sea por una actitud conservadora por parte de los anunciantes o como consecuencia de los daños que la situación mundial imprime a determinados sectores, como el turístico o las aerolíneas.
Sin embargo, a pesar de los datos negativos que muestran las inversiones en marketing y publicidad tras la expansión mundial del Coronavirus, y atendiendo también a las reacciones y nuevas actitudes de la sociedad china que en esto nos lleva un par de meses de ventaja, podemos asegurar que, como ya pasó en el 2008, será el mundo digital de nuestro sector el gran beneficiado de esta crisis.
En aquel 2008 fue la limitación de presupuestos y la búsqueda de una efectividad mucho más económica lo que hizo crecer el peso digital en las inversiones del sector. En este 2020 será el aislamiento lo que parece que provocará un protagonismo del marketing digital. Esta nueva situación, el aislamiento, nos da una gran oportunidad para abrir nuevos caminos, crear nuevos contenidos y utilizar canales hasta ahora poco explotados.
Entendemos que el e-commerce se verá beneficiado y no solo por un incremento de solicitudes entre su público habitual, si no que esta situación le llevará a alcanzar a nuevos públicos hasta ahora alejados de la compra digital.
La medicina online, y todo lo que ello supone para el sector médico y farmacéutico, creemos será otra de las disciplinas para las que la crisis del coronavirus marcará un antes y un después en su desarrollo. Hasta ahora estábamos viendo solo el arranque. A partir de ahora la velocidad de su implementación será otra.
En el caso de las experiencias y de los eventos no solo observaremos un crecimiento de lo ya existente, como las plataformas de aprendizaje online, las de deporte o las conferencias en streaming, si no que surgirán, o al menos es el momento preciso para ello, nuevos caminos y se desarrollarán formatos hasta ahora muy reducidos. Apple lleva años convirtiendo sus eventos de presentación de nuevos productos en auténticos espectáculos mundiales online. Hace un año Fortnite reunió a más de 10 millones de personas para presenciar el primer concierto en directo dentro de un videojuego. En esta crisis, artistas como Jorge Drexler han ofrecido conciertos a través de Facebook tras suspender los conciertos presenciales. Las experiencias y eventos también tienen un gran camino digital, y no solo como difusión, y este 2020 nos va a permitir explorarlo.
¿Y qué pasará con el marketing de influencers en una realidad sin experiencias fuera de casa? En Italia, una de sus principales influencers con 18 millones de seguidores, Chiara Ferragami, además de ceder su imagen para las campañas institucionales de información sobre el Coronavirus, ha recaudado más de 3 millones de euros a través de una plataforma online para su lucha. El uso de su influencia como marca propia o la apropiación de esa prescripción por parte de los anunciantes dirigida hacia una labor social, puede ser en estos momentos una auténtica, real y efectiva campaña de RSC tanto de los influencers como de las marcas.
En una realidad aislada como la que nos está tocando vivir, al menos temporalmente, el mundo se ve a través de una pantalla. La información, la comunicación y el entretenimiento son digitales y ahí es donde todas las marcas deberán implementar todos sus esfuerzos.
